
El mejor tratamiento para la epicondilitis es el reposo total, resulta muy beneficioso (y más rápido) acompañarlo de rehabilitación con fisioterapia. Cuando el dolor es muy persistente es conveniente aplicar hielo y en ocasiones, ingerir algún anti-inflamatorio. Con reposo, el dolor suele desparecer en unas semanas.
Ocasionalmente, la cirugía puede ser la única solución. Lo mejor es consultar con tu fisioterapeuta o médico y seguir siempre todas sus recomendaciones.
El tratamiento incluye:
Antinflamatorios: Se debe infiltrar cortisona para poder aliviar y así ayudar a obtener un diagnostico.
Crioterapia: Se masajea la zona con hielo sobre la inserción músculo tendinoso Ultrasonido: El ultrasonido se utiliza para lograr una mejoría del dolor y la movilidad- TENS: es la aplicación de electrodos sobre el punto del dolor a los lados, aproximadamente por sobre el nervio radial, es recomendable comenzar con 100 Hz. De intensidad.
Distintas corrientes calmantes: Teniendo la misma fundamentación ue el TENS aquellas que son de frecuencia media e interferenciales, las de alto voltaje y las diadinámicas se utilizan con excelentes resultados.
Láser: no se ha visto que el láser de algún tipo de resultado.
Ondas de choque: producen un efecto analgésico importante.
Ejercicios: al irse la inflamación, comienza la etapa de flexibilización, aumentando progresivamente, sin provocar dolor.
Estiramientos: cuando desaparece el dolor más fuerte, se comienza con los estiramientos para alongar los tejidos, estos se mantienen durante periodos de 15-20 segundos con una frecuencia de 5 a 6 veces al día.
Potenciación: es necesario reponer la fuerza de todos los músculos del antebrazo, comenzando con contracciones
isométricas muy suaves de los flexores y extensores del codo, aumentando la resistencia paulatinamente.
Resistencia: se realizan los mismos ejercicios que en la potenciación, pero con cargas menores con sesiones más duraderas. Mejorando la capacidad para trabajar la musculatura por un tiempo.
Reentrenamiento: se incorporan paulatinamente las actividades que se realizan diariamente como así también las deportivas.
Los masajes también son uno de los tratamientos más utilizados en la epicondilitis, incluso aquí puedes aprender un automasaje para reducir el dolor de epicondilitis.
En el caso en que la lesión quede cronificada, aparte de la pauta o serie de ejercicios y mecanismos que se utilizan, también podemos incrementar:
Cirugía: tras un año de tratamiento si continua el dolor existe la posibilidad de realizarla.
Profilaxis: Ante una recaída, es necesario disminuir la carga de ejercicio o de trabajo tomando prevenciones y se recomienda utilizar coderas o bandas especiales.
Vía: Fisiostar