
"Yo creo lo que creo". Esta es una de mis frases favoritas ya que hace referencia al poder, a veces oculto, que nuestra mente tiene sobre nosotros y lo que nos rodea.
Desde el famoso efecto pigmalión, o profecía auto cumplida, hasta el ya conocido y demostrado efecto placebo se pone de manifiesto que una buena predisposición mental ante la vida genera las condiciones necesarias para que las cosas, en general, nos salgan mejor.
En el ámbito de la salud esto es también perfectamente aplicable. El, anteriormente mencionado, efecto placebo es constantemente tenido en cuenta en el desarrollo de nuevos fármacos puesto que muchas veces, en los estudios postcomercialización de dichos preparados se obtiene como resultado que las personas que toman el medicamento experimentan la misma mejoría que aquellos que simplemente creen que lo están tomando (grupo control). Por tanto, un buen profesional de la salud debe poner especial cuidado en el aspecto emocional del paciente. Una actitud positiva, esperanzadora, entusiasta ... sin duda, reducirá el tiempo de convalecencia, hará más efectiva la rehabilitación y proporcionará unos mejores resultados a nivel general.
Amplios estudios relacionan cambios fisiológicos a nivel hormonal en función del estado de ánimo. Esto es muy evidente cuando hablamos, por ejemplo, del estrés. Es ese caso, cuando nuestra mente trabaja sumida en unos niveles de estrés muy elevados, o muy prolongados en el tiempo, los niveles de Cortisol aumentan provocando un estado de sobre esfuerzo al cuerpo que al final acabamos pagando. Una buena "gestión emocional" reducirá los niveles de estrés lo que tendrá un impacto inmediato en nuestra calidad de vida.
Esto último, desde mi punto de vista, es lo más importante. Tomar conciencia de que, en cierta medida, podemos decidir que estado de ánimo queremos tener. No es sencillo pero puede lograrse.

En el ámbito de la salud funciona exactamente igual. Si nuestro estado de ánimo es bueno, la recuperación será más efectiva, porque tendremos la motivación necesaria para cumplir con los tratamientos de forma correcta, no nos rendiremos fácilmente, y a nivel interno, nuestro cuerpo se predispondrá químicamente a "reparase". Por tanto toda ayuda a nivel emocional es buena.
Un terapeuta moderno no solo tiene que trabajar el aspecto físico. Trabajar la confianza y el plano emocional del paciente es un valor añadido que podemos aportar y de hecho en nuestro centro lo hacemos constantemente. La seguridad, la confianza, la motivación, una sonrisa, calidez en el trato, empatía, comprensión, escucha, paciencia... son aspectos que, en nuestro centro, cuidamos tanto como las técnicas y tratamientos manuales. Por tanto generamos una propuesta de valor dando un servicio terapéutico integral, no sólo con unas buena técnicas en cuanto a masaje, sino que además ponemos todo nuestro esfuerzo en que tu experiencia en nuestro centro sea la mejor posible.
Os esperamos!!
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